Teniendo en cuenta que actualmente las organizaciones desarrollan sus actividades económicas contando con el acompañamiento de diversos involucrados, entre los que se encuentran sus contratistas, la gestión de riesgos debe abordar esta relación con el fin de asegurar el logro, en un primer nivel, del objeto del contrato y, en un espectro más amplio, aportar al crecimiento de la compañía y el contratista, como aliado en la gestión del negocio.
A partir del rol a desempeñar como contratante, contratista y subcontratista a la hora de garantizar la gestión del negocio, se requiere de una definición concreta de los roles y responsabilidades, el establecimiento de reglas claras para la gestión de los riesgos y mantener canales de comunicación y mecanismos de seguimiento y medición, que permitan una adecuación administración de estas relaciones durante todo el ciclo de vida del contrato.